Unos de los principales avances en los televisores de 2020 no lo encontraremos en el frontal de los dispositivos, sino que deberemos buscarlo en su trasera. Se trata del nuevo estándar HDMI 2.1 que iniciará su despliegue definitivo a lo largo del año.
Este nuevo estándar supone una gran mejora en prestaciones ya que permite integrar funciones de sincronización de frecuencia de la pantalla con la tasa de fotogramas de consolas o equipos gaming para evitar artefactos de imagen y mejorar su calidad.
Además, el estándar HDMI 2.1 permite reducir la latencia, lo cual supone un menor retraso desde que se pulsa el botón en el mando de juegos hasta que el movimiento se representa en la pantalla. Esto hace que la experiencia de juego sea equiparable a la de un monitor gaming.
Otra de las nuevas prestaciones que aporta el estándar HDMI 2.1 es un mayor ancho de banda. Esto significa que, con un solo cable, puedes transmitir mucha más información entre la fuente y el televisor.
Uno de los efectos más inmediatos de esta ampliación del ancho de banda del HDMI 2.1 será la mejora en la calidad de imagen y audio ya que el televisor podrá recibir una mayor cantidad de información de color, brillo y sonido desde las fuentes abriendo las puertas a la resolución 8K y a la llegada de contenido retransmitido en 4K nativo.
Imagen y sonido más realista en cualquier entorno
La mejora en capacidad de transmisión de datos que proporcionará la llegada del HDMI 2.1 traerá asociadas mejoras importantes en tecnologías de imagen y sonido que ya proporcionan los sistemas de sonido de Dolby y los distintos estándares de HDR.
Los estándares que utilicen HDR dinámico, como HDR 10+ o Dolby Vision podrán enviar una mayor cantidad de metadatos, lo que se traduce como una mayor precisión a la hora de representar las imágenes, pero los fabricantes también han estado trabajando para lograr una mayor tasa de brillo en sus pantallas, por lo que el HDR que encontraremos en los modelos de 2020 será un poco mejor que en los modelos del año pasado.
En este ámbito destacarán las mejoras en las nuevas versiones de los procesadores que se encargan de optimizar la imagen y el sonido. Estos nuevos procesadores incrementan las capacidades de inteligencia artificial permitiendo ajustar de forma dinámica los parámetros de imagen y sonido.
No será extraño en 2020 que los televisores puedan adaptar sus perfiles de color a las condiciones de luz de la estancia en la que se encuentren, de forma que eleven su nivel de brillo en salones iluminados y algo más atenuada y natural en entornos en penumbra.
Esto también se aplica a las tecnologías de sonido, una de las grandes asignaturas pendientes de los televisores desde hace ya demasiados años. En 2019 ya hemos podido ver importantes avances en este terreno con sistemas de sonido como el Acoustic Surface Audio+ de Sony o los sistemas de ajuste inteligente de LG o Samsung, que ajustan la dirección del sonido en función de mobiliario de la habitación.
Fuente: CH Computer Hoy